
Alquimistas del pop vainiquero, Espanto es un dúo de Logroño marcado por su habilidad para jugar con los significantes del pop bajo un caleidoscopio pleno de referentes, como los que definen “Cemento”, su alabado quinto LP. Matrioska de rostros donde cabe la pulsión ramoniana sinte de Fotos con las autoridades al punto Tom Waits circense de Teníamos. También hay cabida para recuerdos a la saudade Le Mans, con una pizca de rumba y un tono de salsa, desplegados en la memorable de Fiesta sorpresa. Pop caleidoscópico que busca el bálsamo antes que el impacto de las formas directas. Así es en la hipnosis acústica de La visita, pero también en el candoroso pop colorista transalpino, a lo Lucio Battisti, que articulan en Ragazzi i Noi.
En realidad, da igual a donde apuntemos, la savia destilada siempre emerge inspirada y curativa, despliegue simpar de pop reconstituyente, armado con un imaginario lírico tan original como lo son estas demostraciones de la escuela santonjiana, capaz de desarrollar una canción en torno al roce de la piel contra el cemento o cómo disparar la imaginación que surge de las ausencias urbanísticas de nuestro día a día. O lo que podríamos definir como pop azconiano del siglo XXI. Sencillamente, único y absolutamente necesario para estos tiempos de lugares comunes y repeticiones varias.