QUEIDEM, GREEN T, CALIZA | |
16 de septiembre de 2022 | |
22:00 | |
FERROL | |
Sala Ruido | |
MAPA |
QUEIDEM.
El músico valenciano Raúl Martí se revela como uno de los valores a los que seguir con lupa en los próximos tiempos. Dotado con las habilidades necesarias para provocar un socavón emocional en la congestionada autopista del circo pop, en su momento, indicios como ‘Submerged‘ plasmaron el vértigo vocal a través del cual Queidem quiebra la horizontalidad habitual de los cauces interpretativos. Un laberinto de inflexiones nacidas desde el estómago, jamás provenientes del giro fatuo o la demostración en cartón piedra.
Cada diferente fase de su crecimiento nos muestra un rostro cambiante, tan devoto de la expresión minimal dubstep de James Blake como de jugar con la cadena imaginaria que une el pianístico en slow motion de Erik Satie con la intensidad herida de Thom Yorke. Tan rico imaginario es captado en singles de arrebato emocional como ‘Perdiendo amores’, huella marmórea en su camino ascendente hacia lo que será su primer LP oficial, trabajo a la vista desde el que se le intuye su capacidad natural para vampirizar referentes y adoptarlos como arrugas de un rostro caleidoscópico de estilos trazados desde la fuente de la naturalidad.
GREEN T.
Green T es el proyecto personal de Teresa de la Gándara, una madrileña de 22 años que compone, produce, canta y domina varios instrumentos, cuyo imaginario musical queda perfectamente condesado en “Musiquita para tormentas”, su tercer single, una absorbente nebulosa pop en la que Green T se marca una introspección antológica hasta los confines oníricos que funden los imaginarios sónicos que definen el sueño aerostático de Hiroshi Yoshimura y la híper sensibilidad de Frank Ocean. Lo que se entiende como una memorable proyección dream soul, con la que se confirma como uno de los valores con más proyección, y el más inquieto, de la pujante generación #bedroompop de nuestros días.
De una constelación de influjos más amplia -por lo general- a la que suelen emplear la mayoría de sus compañeros generacionales, su afluentes provienen del hip hop, pop clásico, jazz, blues, soul, r’n’b o salsa, e incluso formó parte de un grupo de rock progresivo experimental llamado Please, Not My Virginity!
Dentro de sus influencias, podemos palpar la huella de Tirzah, Tunde Adjuah, Frank Ocean, Bon Iver o Tyler, The Creator. Pero también de Pink Floyd o John Lennon y Yoko Ono. Caleidoscopio sin filtros hacia una sonoridad de creciente fuerza magnética, con un futuro sin horizontes marcados ni límites verbalizados.
CALIZA .
Tras haber subido la apuesta con el más que notable “Mar de cristal” (2018), Elisa Pérez, Caliza, reemprende la acción con un tercer LP donde se desdobla en toda clase de amplificaciones pop de sí misma. Una suerte de caleidoscopio donde los fantasmas del Franco Battiato ochentero y las raíces synth de Brian Eno funcionan como referencias en la distancia, aunque de poso inconfundible en la vertebración de un alegato ecológico de indudable poder evocador. Bajo estos parámetros, Elisa se embarca en una aventura synth que transita múltiples mutaciones de la concepción minimal, tal como en su vampirización de la copla, llevada a cabo en “El jardinero”. Esta última es una de las invenciones más sorprendentes de lo que ha preparado Caliza en tan contagiosa sucesión de viñetas inspiradas en distopías, ocasos vitales y cambios climáticos.